Atar & Ser


 Me gusto demasiado cuando 

tengo las palabras livianas y 

el cabello sin nudos.

Me gusto en los dias de frio y de calor en los cuales el remedio es el café o el vino, el vino o el café sin orden de importancia porque la finalidad es la misma: Alterar el sistema.

Me gusta sentirme así;

como esos atardeceres que siempre 

a la distancia procuras que vea,

y que se derriten.

Atardeceres que me provocan querer ser sus colores para derretirme segundo tras segundo sobre el mar, como aquella tarde que risa tras risa nos derretimos sobre todo lo que podiamos tocar. 

Y no es que este poema hable sobre ti, porque se trata de mi, pero es que contigo ser yo estaba elevado a la enesima potencia y las palabras siempre las supimos acomodar sobre la cama.

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